martes, 25 de noviembre de 2014

EL CAMINO MEDIO


EL CAMINO MEDIO

Cada momento por el que pasamos en la vida son momentos necesarios de experiencias. Son caminos a seguir en la existencia de vida.
Al caminar es inevitable cierto sufrimiento, perdidas y desilusiones, como igualmente momentos placenteros y saludables. Ahora bien si los recuerdos que tenemos de los momentos de felicidad nos quedan como fugaces, el mucho y constante sufrimiento, ya sea por la circunstancia que nos toque vivir y experimentar, es opcional.

Siendo opcional, si el sufrimiento es continuado, es resistencia al momento presente, la no comprensión, y sobre todo la no aceptación de que todo cuanto existe, está destinado a cambiar, queramos o no, nos guste o no. Nada debe haber que nos cause tanto, una atracción desmesurada, como un rechazo insoportable.

Si observamos con atención cada momento que nos provoca una emoción, descubriremos que cosas tan opuestas como el placer y el dolor tienen sus ventajas o sus desventajas, que con la misma intensidad pueden provocar emociones encontradas.

Nada que ocurra tanto en el entorno cercano como en el global de la humanidad, nos será ajeno, siempre de manera directa como indirecta seremos parte de, sino de una causa, si de un efecto. La claridad y comprensión del suceso, no solo lo observaremos también lo gozaremos o sufriremos, dependiendo eso si, solo de nosotros los tiempos que dicha emoción queremos que anide dentro de nuestros corazones.
La conjugación del corazón con la mente, o dicho de otra manera, la armonía en que nos encontremos, dará el tiempo necesario en que estemos sintiendo esa emoción.

La plenitud de la vida en esta existencia, no está en controlar cada emoción hasta el punto de eliminarla. Esa es una actitud diría yo hasta contraproducente. Si es encontrar en cada una de ellas la satisfacción que desde el interior genera; tanto si zarandea haciendo daño, como si sorprende añadiendo un momento de felicidad. Como antes he dicho, depende de nosotros mismos el tiempo que le demos, el regocijo que sintamos a su vez dentro de ella, o la claridad con que analicemos la situación que la provoca.

Recordemos también que somos seres únicos, por tanto cada quien recibe “su emoción”. Puede parecer que todos los seres ante las mismas circunstancias, sienten lo mismo, pues no es así. La naturaleza del ser humano es rica en todo tipo de comportamientos, no dependemos sola y exclusivamente de lo que creemos o queremos cada cual, estamos sujetos a los vaivenes del cambio continuo, a las circunstancias de otros, e incluso a lo que la propia naturaleza y el cosmos nos vaya deparando.

Porqué si cada emoción la disfrutamos o sufrimos de manera personal, la responsabilidad de los actos y decisiones igualmente debe ser personal. En múltiples ocasiones pedimos que otros hagan o nos digan que debemos hacer, bien para resolver esas, las sensaciones y emociones con las que tenemos que convivir cada instante de nuestra existencia, o para que nos resuelvan situaciones puntuales.

Si el inmovilismo en el espacio no existe, ¡porque no aceptamos los cambios con la misma convicción!, ya sean provocados por nosotros o por diferentes circunstancias generales, siendo además participes con responsabilidad de los mismos y desde un conocimiento objetivo y en conciencia, tanto personal como global.
Todos esos cambios, si sabemos en conciencia que deben ser un aporte de conocimiento, y sobre todo quizá para rectificar errores, los disfrutaremos desde su esencia. Eso si dándonos los tiempos necesarios para ello, nunca sobrepasándolos hasta el punto de alterar la capacidad de continuar en el camino que sabemos nuestro.

Hoy pasamos por momentos en la humanidad de contrastes y sobre todo de barbarie entre seres humanos primordialmente. No dejo de reconocer que vivimos en continuo desasosiego, bien sea por hechos evidentes o por creaciones de estados idílicos de quienes se creen en poder de la verdad. Pero también siento que la evolución de los seres humanos está sufriendo una “separación de la paja del trigo”, (me disculpo por tener que utilizar ese termino, pero no se me ocurre otro en este momento), es como si la evolución de unos pasa por la involución de otros. Hay quien muy a pesar de las dificultades que aparecen en su camino, sabe encontrar ese punto de entrega y felicidad, y hay quien solo busca destruir y crear situaciones limites, (creo en beneficio propio), para dominar e implantar no ideas creativas, libertad, responsabilidad y esfuerzo, si no mas bien, hacer seres que solo sean capaces de movilizarse por las ideas de otros de un líder utópico que les promete ser alimentados y cubiertas todas las necesidades, con el mínimo esfuerzo, igual que si fuéramos animalitos indefensos sin capacidad de hacer y pensar, para eso están ellos y tener así satisfechas las mas primitivas necesidades humanas. Eso si dando un cariz de sabiduría a sus palabras y actuaciones. 
Vivir solo con y por apariencias externas, imágenes creadas para ser imitadas, hacer oídos a salvadores de “patrias”, son errores a los que tenemos que dar respuesta e incluso hacer frente con energía y coherencia. En el mundo está sembrada una semilla de confusión tremenda. Si, el ser humano en su materia que no en su esencia, es manipulable, por tanto observemos desde nuestro interior, que y quienes realmente nos plasman una realidad o quienes nos prometen un paraíso, sin esfuerzo ni aporte alguno, sino con un silencio y sin cuestionar nada. La sociedad en la que vivimos, nos aporta cierta tranquilidad con medios para no dejar a quienes atentan contra el bien general y haga de ello una norma y costumbre. 
No dejemos que nadie imponga voluntades para callar e imponer maneras no deseadas. La libertad global pasa por la individual, sabiendo siempre que La Vida material que nos toca vivir, pasa por apreciar desde la propia hacía todo el que decide nacer para su aprendizaje. Nadie es dueño de ninguna vida que aparece en este plano, si un colaborador en su desarrollo, entregando la mayor ayuda posible para su crecimiento y aprendizaje.

No somos pocos quienes sabemos que la vida es algo mas que todo eso, y ahora es el momento de poner en práctica lo que desde nuestro interior sabemos. Cada vez que escribo sobre la individualidad del ser y sobre todo de sus emociones, no dejo de pensar en todo aquel, a quien no soy capaz de transmitir lo que siento y pienso, de la brecha tan enorme que está abierta entre unos y otros. Pero no cejo en seguir intentando abrir cada interior a quienes quieren escuchar, y con cada experiencia bien sea propia o aprendida de otros, decir. Es tiempo ahora. Las llaves están puestas en las cerraduras de todos, ahora bien es decisión propia abrir o dejar que se oxide sin girarla. Dejar nuestro interior en la oscuridad o abrir de par en par para que la Luz entre, dejando ver lo grandiosa que es la vida a la que nos hemos comprometido a Vivir.
Cierto es que nada podemos hacer a nivel global, solo individual. Aunque también creo que las playas están hechas de granitos de arena, seamos cada quien un grano de arena, y formemos una preciosa playa de arena blanca y agradable.

Conozcamos cada emoción dentro de si mismos, para conocer la del otro. Demos el tiempo necesario a cada una de ellas e intentemos caminar no sin esfuerzo, asumiendo nuestro momento, resolviendo sin culpabilizar a nadie de que y quienes somos, sabiendo asumir las decisiones que tomamos con responsabilidad. Somos como ya he dicho en varias ocasiones seres espirituales viviendo una experiencia material, cada cual la suya.

La entrega, el esfuerzo y el respeto propio, genera las emociones mas ricas y satisfactorias. Con la aceptación y la comprensión de cada momento, sobre todo del que hiere haciendo sufrir, pasa a ser una experiencia, sin que se impregne como herida en nuestro cuerpo etéreo, el que prevalece y perdura en el tiempo, ese siempre debe conservarse sin heridas y energéticamente completo.

Hay diferentes caminos por los que transitar en el largo proceso de Vivir. Caminos que debemos siempre observar, sin dejarnos seducir por estados momentáneos de ánimo o por consignas que vayamos escuchando de quienes nos dicen que es lo debemos no solo hacer, sino hasta pensar. La responsabilidad de los actos, aunque las decisiones tomadas no sean siempre las mas acertadas, ademas de darnos experiencia, nos darán seguridad para resolver cualquier contratiempo y lucidez para seguir el camino. No debemos olvidar que nada ni nadie puede llevarnos a hacer lo que no queremos, el camino que decidamos tomar será siempre responsabilidad propia, dejemos de hacer culpables a otros de las decisiones que tomamos, NO somos marionetas, utilizando ese concepto como una justificación, sobre todo ante errores cometidos.

Hay una escrito que leí atribuido a Buda, en el que para explicar lo que significaba vivir plenamente el momento presente y con él conocer el camino a seguir; camino de consciencia y evolución, siendo este ejemplo muy descriptivo. Nos enseña que es el Camino Medio, por el que recorrer, con el mínimo de dificultades, cada momento de la existencia, reconociendo, no lo que deseamos puntualmente, sino lo que queremos para la comprensión y evolución en la existencia material en la que estamos inmersos.
Quizá sepan de él, aún así se lo resumo a continuación y les emplazo a que mediten sobre ello.

Imaginemos ser un tronco de un hermoso árbol, que se desliza por un río. Una de las orillas de dicho río representa los excesos, mientras que la otra orilla representa las privaciones. Mientras, el tronco va evitando ambos extremos.
Sabe que si se queda atrapado en cualquiera de las dos orillas, bien se hunde o se pudre; pero si sigue el Camino Medio, se deslizará flotando por el río y alcanzará el Océano de la Libertad.

Depende de cada uno de nosotros reconocer los extremos, Buda lo hizo, observó y contempló lo que iba apareciendo ante él, fuera lo que fuera. No se dejó seducir por los placeres, ni se dejó traicionar por el dolor, porque se mantuvo centrado en el momento presente, sin apegarse, aferrarse a nada, o escuchar cantos de sirenas, o lo que es lo mismo escuchar a quienes nos prometen lo que en nuestro interior sabemos no es posible. No por incapacidad de realizarlo sino mas bien porque quizá al no ser un camino propio, solo nos lleva a la perdida de conocimiento de nuestra realidad y posiblemente de la realidad general con la que tenemos que vivir.

Cada realidad como cada emoción es propia, ya está dicho, solo si interiorizamos ese conocimiento, seremos capaces de aportar, bien digo aportar, y no de manipular, a los que en plano cercano conviven con nuestras circunstancias y por ende la multiplicidad que eso conlleva.

Seguir ese Camino Medio con responsabilidad y sobre todo con respeto, es labor individual, es adquirir el conocimiento de que y quienes somos, de abrir un canal a la sabiduría universal. Saber que la dificultad con la que debemos vivir, desde nuestro plano etéreo y espiritual en el mundo de la materia, es para adquirir el conocimiento e intentar al menos llegar a la sabiduría, y con ella a la conexión con el Todo. Ese Todo es solo Amor y Entrega Incondicional.


miércoles, 22 de octubre de 2014

NADA ES PERMANENTE


NADA ES PERMANENTE

Saber que nada es permanente es adquirir el conocimiento del potencial con que aparecemos en la vida. Toda vida tiene un tiempo, todo hecho tiene un plazo, ese concepto es lo realmente importante.

La vida del ser humano es como un reloj de arena, poco a poco van cayendo los granos. Respiramos una y otra vez hasta que el ultimo aliento (grano del reloj imaginario), cae y dejamos de experimentar todas y cada una de las situaciones y emociones con las que hemos convivido hasta ahora. Sí, sabemos que vamos a morir, pero el cuando y como ¡no!. Imaginemos el reloj de arena, quizá tomemos conciencia del tiempo que resta hasta la consumación del mismo.
En nuestra vida diaria, los buenos y los malos momentos vienen y van. El niño nace, crece y los adultos envejecen. La vida se compone de infinitos ciclos, momentos y situaciones.
Todo tiene un comienzo, un centro y un final, cada comienzo contiene su propio fin y cada fin encierra la propuesta de un nuevo comienzo. El día a día, amanece, atardece y anochece.
Nada permanece tal como es ahora: el presente no vuelve. Parte del arte que es vivir, es, poder comenzar bien cada momento, cada día, centrar la atención en cada uno de esos momentos, soltarse y aceptarlos amablemente para luego, despedirse de ellos dando a cada instante sus propios valores y la importancia que merecen.
Si un día no concluye adecuadamente, si no hemos comprendido cada situación vivida, una emoción no comprendida o un sentimiento que no hemos sabido sentir, se proyectarán como elementos no procesados al día siguiente; cualquiera que sea su forma, cada momento del día no resuelto nos acompañará como un equipaje molesto, una mochila pesada. Interferirá además como efecto, en la actitud y comportamiento en las siguientes vivencias cotidianas, y o futuras.
El malestar y la frustración de hoy obedece siempre a causas que ocurrieron en el pasado no aceptadas y mucho menos comprendidas. Si tampoco cuestionamos el porqué de esa malestar o frustración, ello se convierte en otro resto de experiencia antigua no superada, apilándose como carga o basura en una esquina de nuestro SER.
Si experimentamos la transición de un día al otro con conciencia, habiendo concluido el anterior adecuadamente, podemos comenzar el nuevo día con una mente más ligera y abierta.
Al finalizar el día o una parte de él, podemos pasar revista a lo que va aconteciendo: emociones intensas, logros, errores cometidos y remordimientos. Aceptamos lo ocurrido y luego, lo dejamos ir, "OCUPARSE NO PREOCUPARSE", así la transición al día siguiente es más fácil.
Morir cada día para de nuevo renacer. Los granos del reloj de arena que es La Vida, deben tener el peso justo y la medida exacta para que la caída sea la adecuada. Ni deprisa ni despacio, ni pesados ni en exceso ligeros. La justa medida.
La carga excesiva de situaciones no resueltas y por ello ni aceptadas ni comprendidas, hace que se consuman los días con la pena de no saber que somos un momento y tenemos un tiempo. El conocimiento consciente de ese saber que tenemos un tiempo (El reloj de arena), hasta la muerte, sería una nueva experiencia de Vida.
La no permanencia en este plano de Vida, no es un simple concepto, sino una experiencia vital, un aprendizaje y un disfrute de cada momento, por el que pasamos día a día.
Con ese concepto adquirido y la práctica, con la mente y el corazón puestos en la no permanencia, en la muerte y el renacer de cada día, nos moveremos con el cambio en lugar de resistirlo. La no permanencia, deja de ser una amenaza para convertirse en algo natural, en una cualidad cambiante y una puerta abierta al conocimiento.
Comprender y aceptar la no permanencia, es imaginar que el comienzo de la vida es como ir a descansar cada noche, donde comienza un ciclo natural, desconectamos, un proceso que podríamos definir como muerte y en la mañana volvemos a conectar, un nuevo renacer.
Si aceptamos la no permanencia del hombre en este plano, y la muerte como final de un ciclo a nivel personal, aceptaremos los ciclos de quienes nos rodean. Las cargas que hay quien lleva por duelos, dejaran de ser cargas para comprender que son procesos naturales. La no permanencia. Los tiempos de cada cual como aprendizaje son exclusivos e individuales y la aceptación de los mismos nos lleva al disfrute de cada día.
Con cada inspiración llenamos de vida a la Vida y con cada exhalación nos acercamos a la muerte, llenándola igualmente de experiencias y conocimiento. Nada pesa sobre la conciencia, la pena no nos consume, la muerte es un renacimiento, es un cambio de conciencia. Es una vibración diferente, que solo en los sueños a veces podemos vislumbrar.
Comprender la NO PERMANENCIA, es aceptar la Vida como un Regalo, y la Muerte como Fin y recompensa a la labor bien hecha.

martes, 30 de septiembre de 2014

Relajación y Meditación, parecen lo mismo, pero no lo son.



Relajación y Meditación, parecen lo mismo, 
pero no lo son.

Relajación y Meditación, suelen confundirse dentro de un contexto en una conversación. O usarse indistintamente. Aunque ambas son prácticas muy recomendables, no son la misma cosa. Es necesario conocer las diferencias existentes entre ambas.
La relajación es aprender con técnicas a destensar los músculos del cuerpo y con ello reducir los niveles de tensión y ansiedad tanto física como mentalmente.
Los métodos más conocidos para relajarse son dos: en el primero se trata de mantener tensos los músculos mientras se inspira y aflojarlos mientras se exhala, varias veces seguidas, zona por zona, comenzando por la espalda y nuca, luego caderas y abdomen, y finalmente extremidades.

El segundo es con visualizaciones, a la vez que centramos toda la atención en la respiración, vamos con cada inspiración y expiración, visualizando o tomando conciencia de cada parte del cuerpo, e ir aflojando la tensión del mismo.

Una vez relajados todos los músculos del cuerpo, es el momento de trabajar con la mente, para ellos crearemos diferentes escenarios, donde poder tanto despejar como recrear situaciones vividas o imaginadas. Con ellas iremos provocando el control tanto de pensamientos como la aceptación de diferentes situaciones que deseemos recrear. A eso se le denomina Relajación.

Una vez conseguida la Relajación y sobre todo el control tanto del cuerpo como de la mente, podemos aprender la Meditación.

Mientras la Relajación es un proceso activo de concentración mental para reducir la tasa o nivel personal de frecuencia vibratoria corporal, la Meditación es un estado pasivo, en donde las vibraciones espirituales se mantienen muy elevadas, de manera tal que permiten armonizarse y entrar en sintonía con la Conciencia Cósmica Universal.

La Conciencia Cósmica Universal es la advertencia de no creer en nada porque sí, o porque otros nos digan, es cuestionar, explorar, dudar y con ello descubrir por Uno mismo cual es la Verdad. La Conciencia Cósmica nos indica y sugiere el camino a seguir. Camino individual y a su vez Universal, basado en el Amor y el conocimiento.

La mente en Meditación queda solo como receptora, “aquí ahora”. Al ser imposible que los pensamientos desaparezcan, en una buena meditación, los dejaremos pasar sin fijarnos en ellos, solo en el caso de una búsqueda concreta personal, iremos pasándolos sin más.

La Meditación, no busca, solo recibe. Meditar es dejar que la Iluminación entre sin condicionar ni involucrarte en las distintas emociones que van apareciendo.

Cuando en la meditación consigues que tu mente sea tan solo receptora, tanto de imágenes como de emociones, creas un espacio de silencio imperceptible por tu mente racional, y ese es el momento de la percepción más elevada de tu Ser, la conexión con tu inconsciente, que a su vez está siempre conectado con la Conciencia o memoria Universal. Es el momento de saber, del silencio, de dejar ese espacio a la intuición.

Una vez aprendida la técnica de la Relajación, es muy sencillo pasar a Meditar.

Ahora bien son diferentes, la Relajación sirve sobre todo para inducir nuestra mente consciente al inconsciente, y con ello conseguir modificar  tanto comportamientos como fobias o miedos.
En el estado de Relajación igualmente se trabaja un paso más, siempre dependiendo de dónde surge la contrariedad o la carencia personal, hacia la Regresión. La Regresión busca el registro akasico. No siempre esos miedos, fobias e incluso disfunciones físicas, surgen del presente vivencial, puede venir de ese registro anterior no superado.

Cuando todos y cada uno de los conflictos han sido superados, estamos preparados para una buena Meditación. Antes no.

Recordemos que la Meditación es la conexión con las energías Universales, para ello el camino que se abre debe estar limpio de dificultades, sin frenos ni condicionantes tanto presentes como traídos de anteriores vivencias. De esa manera será totalmente comprendido y absorbido para el bienestar y el conocimiento presente.

Conectar con la Conciencia Cósmica Universal es conectar con un Océano de frecuencia y vibración, que cubre todo el Universo.
Para ello hay que deshacerse de todo apego, no juzgar, no sentirse especial y separado de nada.
Es fundirse en un Océano  como un pez, siendo con un Todo un ser individual, sabiendo que esa Conciencia es todo lo que existe, es Amor y conexión entre todo. No hay equivoco posible,  es llegar no a saber sino a conocer, de si y del Todo. Es SER.


jueves, 22 de mayo de 2014

TRES FURIAS.... VERGÜENZA, MIEDO Y CULPA


TRES FURIAS... Vergüenza, Miedo y Culpa

TRES SISTEMAS DE ALARMA


La vinculación entre diferentes emociones y el conflicto que pueden generar ante situaciones tanto previstas como extraordinarias, puede esclarecerse si se considera que los sentimientos surgen de emociones, y las emociones vienen de las sensaciones, que son el antes y el después de las percepciones que tengamos de un momento puntual o bien de una situación que afrontar, tanto prevista como inesperada.

Hay emociones que se las puede considerar FURIAS, por la inestabilidad que provocan en la personalidad y el carácter de las personas, ante diferentes situaciones cotidianas.
La Vergüenza, El Miedo y La Culpa, son tres de esas emociones mas desestabilizadoras. Analicemos una a una estas emociones.
La Vergüenza es la emoción que nos descubre las limitaciones propias. La conciencia de lo que infringe o altera normas sociales de convivencia.

El Miedo es una emoción de alerta, el aviso ante una situación de peligro. Este peligro puede ser real o imaginado, presente o de pasado e incluso de futuro.

La Culpa es un sentimiento generado por daños causados. No siempre son daños conscientes y ahí su relación con la convivencia social, y el castigo que prosigue a esa culpa. Igualmente la culpa es un auto-castigo, por no haber estado lo suficientemente alerta y no habernos esforzado por tener el control ante una situación.

El significado y su contrario de las tres emociones.

Vergüenza ....Timidez, Turbación, Pudor.- Su contrario....Descaro, Cinismo, Atrevimiento.

Miedo..... Temor, Alerta, Recelo.- Su contrario...Valentía, Valor y Tranquilidad.

Culpa.... Delito, Falta, Error.- Su contrario... Excusar, Exculpar, Inocencia.

Vamos a intentar interrelacionar las dos emociones... Vergüenza y Miedo y el sentimiento de Culpa, dentro de un contexto del comportamiento de las personas.

1ª.- La Vergüenza.

La vergüenza aparece cuando nos sentimos minimizados ante alguien, o en una situación que nos supera. Timidez e inseguridad están interrelacionadas con la vergüenza. Paraliza, y el miedo aflora a su vez como alarma. Bueno sería que dicha alarma se activara antes de sabotearnos, que es lo que esta emoción suelen hacer si se carece del control y el conocimiento sobre ella.

2ª.- El Miedo.

El miedo se activa ante la presencia de un peligro externo inminente, nos avisa y nos permite reaccionar ante él, ya sea mediante la huida o la defensa, ahora bien cuando se genera tras la emoción de vergüenza, que es no solo pudor sino inseguridad,  puede generar una parálisis de actos.

El problema con el miedo, es que se puede activar tanto ante peligros reales, como ante peligros imaginarios e inexistentes.

3ª.- La Culpa.

La culpa es cuando aflora un sentimiento culpable por haber hecho algo malo, se teme al castigo y se espera el pago de un precio por ello.
Si la unimos a la vergüenza y al miedo, debemos ver la causa de ese sentimiento, analizando la consecuencia desde su origen, viendo si hay transgresión real o imaginada.

No son emociones perjudiciales, y ni mucho menos de las que debemos ignorar. Su función real es llamar nuestra atención sobre las consecuencias de nuestras acciones, para así, minimizar e incluso eliminar, los daños y consecuencias posteriores.

La diferencia entre vergüenza y culpa, estriba en que la persona con vergüenza le teme al abandono, mientras que el culpable le teme al castigo. Ese miedo al abandono que padece la persona con vergüenza, nace de su creencia de que nadie le puede querer o valorar por estar tan lleno de defectos. Las personas que no se gustan o no se respetan, esperan frecuentemente, que los demás las abandonen en cuanto se den cuenta de que no son perfectas, creyendo que la perfección, así como la dignidad, llevadas a sus extremos, son los motores del comportamiento general.
Si no damos el sentido correcto a cada percepción de lo externo, nada se lograra a nivel interno, haciendo de la estima algo que trabajar con continuidad.

La vergüenza como pundonor y conocimiento de carencias, no debe provocar ningún tipo de miedo, solo como alerta, de ser así sería miedo imaginario, que nos llevaría no a una culpa, sino a muchas culpas. Esas culpas serían tanto de no haber hecho como de hacer, de actuar como de dejar que otros actúen, y así un largo etc.

La vergüenza el miedo y la culpa son estados emocionales, que lo mismo pueden servir para crecer, que para bloquearnos. Las tres nos dan una alerta, una salida. La de la vergüenza es la de asimilar y aceptar lo que se es, conociendo y aceptando nuestra diferencias. La del miedo como alerta a cometer un error y la de la culpa, es el asumir la responsabilidad sin mortificarse.

La vergüenza puede ser más difícil de curar que la culpa, porque tiene que ver con la persona más que con acciones específicas. La persona con sentimientos de vergüenza, se cura cambiando el concepto que tiene de sí misma, logrando así respetarse y sentir orgullo de quien es. El proceso normalmente largo y algunas veces doloroso, requiere contemplar en profundidad nuestras suposiciones básicas sobre nuestro lugar en el universo.

Se podría decir que la vergüenza y el miedo nos llevan a la culpa, considerando que algo está mal entre quien lo padece y el mundo. Si esto es así se debe pasar a la observación, hacer una revisión interna y provocar los cambios adecuados.
Vivir con demasiada intensidad estas emociones además de ser abrumador, puede llegar a alterar estados mentales, llegando a la obsesión y la paranoia y con ello repercutir en la personalidad y el carácter, activando el mal presente “la depresión”.
El conocimiento y la aceptación de si mismo, es la única forma de apreciar en todo su contexto, las diferentes emociones que las personas por su proceso natural de vida, va sintiendo y utilizando, con una gestión coherente a la propia necesidad de evolución.
No hay emoción mala sino mal gestionada. Si la gestión no es la adecuada, las consecuencias suelen ser contrarias y dañinas al conjunto del organismo, alterando no solo estados mentales, sino que la alteración pasa al cuerpo físico, en los diferentes órganos que cada emoción “mal gestionada”, altera.

Consideremos entonces a la Vergüenza, el Miedo y la Culpa, como emociones de ALERTA, no como FURIAS que nos dañan.


lunes, 3 de marzo de 2014

LIBERANDO EMOCIONES

LIBERANDO EMOCIONES

¿Las emociones pueden ser liberadas?. Sí rotundo. El sufrimiento es el resultado de emociones no solo contenidas, sino encapsuladas en el inconsciente.
Ese sufrimiento engloba las diferentes distorsiones que nuestra mente-cuerpo hace aflorar tanto con estados mentales...tipo fobias, como con padecimientos físicos, tipo alergias, y con el entrar en un circulo y crear diferentes “enfermedades” por el mal funcionamiento de cada uno de los órganos de que se compone el cuerpo físico, y que realmente tiene un origen emocional.

Quien me lee con asiduidad, sabe de mi insistencia en la observación personal de todo hecho emocional que surge en la vida cotidiana. Quiero avanzar e intentar de la manera mas sencilla de la que sea capaz, explicar como liberar una emoción que está provocando un sufrimiento mental o físico.

Nada serian las personas si las emociones no existieran. Todos somos una emoción andante, e incluso durante la vigilia del descanso las emociones no cesan, puesto que nuestra mente es activa de continuo. Se vive un sueño continuado, tanto en las vigilias del descanso como en lo que llamamos despierto y activo.
Ese sueño continuado en el que se está inmerso, depende de las emociones que nos hacen vivir dentro de una existencia limitada en tiempos.

OBSERVEMOS:

Durante nueve meses dentro de un vientre un ser se forma dependiente, no solo de sus partes físicas que le son necesarias en su existencia, sino de las “emociones” de una hembra que va compartiendo un todo con el.

Una vez llegado el término de la formación física de ese ser, la dependencia es máxima no solo de la hembra que lo ha tenido en su seno durante un tiempo, sino de todo el entorno que le rodea.
A nivel físico el ser humano es el mas débil e indefenso de todas las formas vivas del planeta tierra, y es su mente con sus diferentes registros y con las emociones propias traídas desde el conocimiento del Todo, mas, las absorbidas durante la gestación, quienes aportan a ese nuevo ser un beneficio, haciendo que desarrolle de forma rica y completa, o todo lo contrario que sea débil y o enfermizo.

La dependencia va siendo cada vez menos activa conforme el ser va desarrollándose, hasta llegar a la edad en que cambia esa dependencia necesaria, por la responsabilidad individual. Aunque se marca la llamada "adolescencia" como tiempo de cambios no todos los individuos lo hacen de la misma manera. Cada individuo tiene su propio tiempo de aprendizaje; por tanto su momento de responsabilidad.

Es en ese momento donde suelen surgir los primeros síntomas de sufrimiento. Donde fobias, comportamientos y diferentes alergias o disfunciones aparecen, o sencillamente sensaciones que hacen que se tengan diferentes estados de ánimo sin saber el porqué. La mente y sus registros empiezan a aflorar.

La mente tiene mecanismos para tomar decisiones propias, es como si ella estuviera sola y el resto de los órganos del cuerpo físico no dependieran de ella, "ella hace y los demás se apañen como puedan". Si quiere y ha creado un deseo, va por el sin sopesar ni discernir el peaje que eso le va a cobrar. La mente es quien gobierna si la dejamos todo tipo de ensoñaciones que se le antojen, y con ellas las emociones que cree debe “encapsular” o dejar que afloren, sin discernir si son las adecuadas o no al conjunto del ser que lleva incorporado.

EXAMINAR Y RECAPITULAR

Teniendo como base el comportamiento anteriormente descrito de la “mente”, comportamiento diríamos irracional y egoísta con respecto al resto del cuerpo físico, hay que buscar el origen de los distintos padecimientos que van surgiendo y con ellos, haciendo una existencia de vida mas difícil de lo que realmente se desea, e incluso debiera de ser.
Para buscar el origen, es necesaria la observación.
La terapia de observación requiere de un aprendizaje para ello. No todos los padecimientos son creados por nuestra mente caprichosa, si por los diferentes registros que esta lleva almacenados; bien sean propios o absorbidos durante la gestación, o dependencia en los primeros años de la existencia de vida.

Una de las terapias que yo aconsejo utilizar, por su inocuidad y no requiere del terapeuta, voy a dejarla aquí escrita. No es la más completa, pero si como aprendizaje al conocimiento personal y como primer paso para ir controlando la “mente”, y liberar las emociones que están encapsuladas en ella.

EJERCICIO PARA LIBERAR EMOCIONES

Tumbados boca arriba, en una posición cómoda, con las piernas ligeramente abiertas y los brazos alienados con los muslos....
Hacer tres respiraciones profundas y al exhalar soltar todos los músculos, dejándolos relajados....
Cierra los ojos....
Ahora respira tranquila, acompasada y suavemente....
Fija en tu mente tu edad....
Ahora ve contando mentalmente desde ese número hacia atrás....ejemplo...
30...29...28...27...etc, hasta llegar a 0
Mientras estás contando mentalmente tu mente irá reflejando diferentes imágenes de momentos de tu vida....
no te pares en ellas pero deja que la emoción que sientas aflore...sigue contando con ritmo secuencial....
cuando llegues a cero sitúate en el vientre materno....sal y comienza a contar de nuevo....ahora de forma ascendente....hasta llegar al número de tu edad actual....
Terminado el ejercicio....abre los ojos....incorpórate....lentamente....
Anota en un folio lo que hayas sentido y visto durante el ejercicio....déjalo para mas tarde....
Cuando quieras, leerás lo escrito y observaras detenidamente que te dice....


Con este ejercicio aprenderéis a interiorizar. Con ello avanzareis en el conocimiento personal y a su vez saber de la emoción que mueve cada instante de vuestras vidas.
Resolver además situaciones presentes que puedan estar encapsuladas como emoción y que a su vez debería ser liberada y aceptada.
Así sean propias o ajenas las emociones, son absorbidas, y la mente “caprichosa”, las maneja a su antojo; si es sin control siempre hará que el sufrimiento aflore, si son entendidas, sabréis siempre controlarlas y nunca encapsularlas.



sábado, 15 de febrero de 2014

LA ILUSIÓN DEL EGO..."YO"


LA ILUSIÓN DEL EGO... “YO”

    Ego, en latín significa yo. 
En psicología se le llama la instancia psíquica a través de la cual la persona se reconoce como “yo” y es consciente de su propia “identidad”. 
El Ego da sentido de identidad, organiza las ideas, las experiencias y todas las percepciones del mundo que nos rodea.
Hasta aquí algunas definiciones expresadas por diferentes expertos en comportamientos humanos o en su defecto análisis objetivos de cómo definir el funcionamiento biológico tanto de la mente como del cerebro del hombre.

A un nivel más cotidiano y con la información que cada cual tiene, cierto es que, frecuentemente escuchamos que de forma despectiva o bien como definición para referirnos a alguna persona con respecto a una personalidad, un carácter o un comportamiento, decir, “que ego tiene”; es como decir de ese alguien que es, altanero, egoísta, prepotente e incluso vanidoso.
No creo que sea medianamente acertado definir a alguien tan alegremente.

Una vez sabidas las diferentes definiciones que del “Ego” se manejan según que o quienes e incluso los diferentes porqués con que definimos el “Ego”, creo que podríamos intentar al menos conocer que es el “ego” o “yo” en el hombre por nosotros mismos, segura estoy que veríamos que ese “ego” existe como tal, pero con múltiples “yoes” que componen o completan el “Todo” que cada hombre es.

El problema de definir e incluso a veces de etiquetar a alguien con adjetivos generalmente despectivos refiriéndose al “ego”, radica en la respuesta que cada persona da, con un comportamiento o actitud, a diferentes situaciones cotidianas o extraordinarias; siempre distantes a las propias o en su defecto anómalas al entender personal. No por ello se debe “etiquetar” y menos juzgar el “ego” de nadie (si el propio). La observación si es enriquecedora.

Intentemos analizar en la medida que podamos, que es realmente el Ego o “Yo”. 

El Ego, es el conjunto de las diferentes formas o personalidades que tiene el hombre dentro de si. No hay un “yo”, único e individual, hay centenares de “yoes” separados y que la mayoría de las veces se ignoran entre si;  no mantienen ninguna relación o muy al contrario son hostiles entre si, e incluso incompatibles.

Cada momento el hombre piensa con su “yo”, y su yo es diferente, actúa según su instante ese “yo”, basado siempre en una emoción o percepción puntual, además del pensamiento que su mente está ejecutando en ese momento, o bien un deseo, y así un sin fin de sensaciones, emociones y pensamientos continuados.

El hombre es una pluralidad, por tanto el “ego” o “yo”, es igualmente plural. Es el conjunto de las personalidades que la  mente ejecuta, dependiendo del momento y entorno donde se esté moviendo. El “ego” maneja las emociones, selecciona los pensamientos, para en cada instante, sobrevivir a las situaciones que plantea la supervivencia vital.

No hay nada dentro del hombre que sea capaz de controlar los diferentes “yoes”, principalmente porque no los nota o no tiene idea de ellos; se vive siempre en el último “yo”.

 Algunos de ellos, son naturalmente más fuertes que otros; pero no por tener una fuerza propia y consciente. Los diferentes “yoes” han sido creados por la fuerza de las situaciones, circunstancias o por emociones mecánicas externas.
La educación, la imitación, la lectura, el hipnotismo de las religiones, la cuna donde nace, sus tradiciones y costumbres,  la seducción de las últimas corrientes o modas; todo ello da nacimiento, en la personalidad de un hombre, a “yoes” muy fuertes que dominan series enteras de otros «yoes» más débiles.

La mente y sus sistemas analíticos caen con frecuencia bajo el liderazgo de un ego “yo”, y sobre todo a  la personalidad que más le convenga a ese “yo”, según la situación a la que deba hacer frente. No es igual el comportamiento o actitud, en el ámbito profesional como en el social o familiar. Como tampoco si el “yo”, que aparece es el miedoso, el guerrero, el vengativo, o el que se alimenta de deseos y proyecciones mentales, y puesto que la mente no distingue de realidad y sueños, hace que prevalezca un “yo”, que alimenta las otras personalidades. Una ilusión del “ego”, no es un “yo” real, siendo este parte de la evolución personal.

El “yo” cambia tan rápidamente como los pensamientos, los sentimientos, los humores, y comete un gran error quien se considera siempre una sola y misma persona; cuando en  realidad, siempre es una persona diferente, nunca es el que era un momento antes.

El hombre no tiene un “yo” permanente e inmutable. Cada pensamiento, cada emoción, cada humor, cada deseo, cada sensación dice “yo”. Y rada vez, parece tenerse por seguro que este  “yo”  pertenece al “Todo” de la persona, al hombre completo, y que un pensamiento, un deseo, una emoción, una aversión, son la expresión de este Todo personal. Cada pensamiento del hombre, cada uno de sus deseos se manifiesta y vive de una manera independiente y separada de su Todo.

El hombre no tiene un gran “yo” único, es la suma de todas las influencias externas que forman sus diferentes  personalidades, sus diferentes “yoes”. Lo malo es que cuando uno prevalece sobre los otros, cree que es el Todo, tomando decisiones, haciendo promesas y estando de acuerdo o no con lo que otro “yo” o el Todo tendría que hacer. Esto explica cómo la gente toma decisiones continuamente y difícilmente las cumple. La mayor parte de las veces no se escucha al auténtico “YO INTERIOR”, ese que realmente si es el “TODO” individual y completo.

Somos muchas personalidades a la vez y tenemos muchas mascaras. El hecho de saber reconocerlas cuando están usurpando, nuestra verdadera personalidad, nuestro “Todo”, es lo que nos permite desenmascararnos y poner a nuestro “Ego” nuestro “yo” en su sitio, es decir, no dejar que tome control de lo que somos y de lo que hacemos, ese “yo” puntual y circunscrito al momento emocional y o sentimental.

Nuestro “ego” es realmente una voz en nuestra cabeza que toma mil caras o formas diferentes, pero realmente no somos nosotros, no es nuestro “Todo”; es quien organiza la actividad consciente y diaria que consta de pensamientos, proyecciones mentales, recuerdos, percepciones, deseos, situaciones difíciles emociones y sentimientos conscientes.

Aceptando y conociendo los diferentes “yoes” que configuran las diferentes personalidades, con las que contamos, no los confundamos cuando  vayan apareciendo, y sí aprendamos a reconocerlos. Con la observación iremos descubriendo toda una fachada, que se cae de repente y que te muestra las cosas desde otra perspectiva. Es hacer una simple interiorización y canalizar debidamente cuando cada “yo” prevalezca sobre los otros.

Todo lo que te sucede se mide según el  “ego” que prevalezca en ese momento. La fuerza y supremacía del mismo, son visibles así como la lucha con los otros “yoes”, capitaneadas por las influencias exteriores puntuales o interiores emocionales.

La conexión con el “yo interior”, o lo que es igual el conocimiento de sí mismo, favorecerá para que cuando aparezca un “yo”, sepamos como conducirlo positivamente. De esa manera servirá para no dejar que cada uno que vaya apareciendo, domine hasta el punto que haga perder la visión  de la individualidad y del “Todo” personal.

Saber para Ser. El Saber debe estar en armonía con el Ser, un exceso de Saber sin Ser, como de Ser sin Saber, no sirve si realmente se quiere aprender para el conocimiento personal y con él, el desarrollo y evolución del hombre. Conseguir un grado más….Ser humano.
El conocimiento de sí mismos es el primer peldaño para saber del otro y del Todo y así descubrir que es “Ser”.

Algunas civilizaciones desaparecieron del planeta Tierra por un exceso de Saber pero…. no supieron Ser.