jueves, 22 de mayo de 2014

TRES FURIAS.... VERGÜENZA, MIEDO Y CULPA


TRES FURIAS... Vergüenza, Miedo y Culpa

TRES SISTEMAS DE ALARMA


La vinculación entre diferentes emociones y el conflicto que pueden generar ante situaciones tanto previstas como extraordinarias, puede esclarecerse si se considera que los sentimientos surgen de emociones, y las emociones vienen de las sensaciones, que son el antes y el después de las percepciones que tengamos de un momento puntual o bien de una situación que afrontar, tanto prevista como inesperada.

Hay emociones que se las puede considerar FURIAS, por la inestabilidad que provocan en la personalidad y el carácter de las personas, ante diferentes situaciones cotidianas.
La Vergüenza, El Miedo y La Culpa, son tres de esas emociones mas desestabilizadoras. Analicemos una a una estas emociones.
La Vergüenza es la emoción que nos descubre las limitaciones propias. La conciencia de lo que infringe o altera normas sociales de convivencia.

El Miedo es una emoción de alerta, el aviso ante una situación de peligro. Este peligro puede ser real o imaginado, presente o de pasado e incluso de futuro.

La Culpa es un sentimiento generado por daños causados. No siempre son daños conscientes y ahí su relación con la convivencia social, y el castigo que prosigue a esa culpa. Igualmente la culpa es un auto-castigo, por no haber estado lo suficientemente alerta y no habernos esforzado por tener el control ante una situación.

El significado y su contrario de las tres emociones.

Vergüenza ....Timidez, Turbación, Pudor.- Su contrario....Descaro, Cinismo, Atrevimiento.

Miedo..... Temor, Alerta, Recelo.- Su contrario...Valentía, Valor y Tranquilidad.

Culpa.... Delito, Falta, Error.- Su contrario... Excusar, Exculpar, Inocencia.

Vamos a intentar interrelacionar las dos emociones... Vergüenza y Miedo y el sentimiento de Culpa, dentro de un contexto del comportamiento de las personas.

1ª.- La Vergüenza.

La vergüenza aparece cuando nos sentimos minimizados ante alguien, o en una situación que nos supera. Timidez e inseguridad están interrelacionadas con la vergüenza. Paraliza, y el miedo aflora a su vez como alarma. Bueno sería que dicha alarma se activara antes de sabotearnos, que es lo que esta emoción suelen hacer si se carece del control y el conocimiento sobre ella.

2ª.- El Miedo.

El miedo se activa ante la presencia de un peligro externo inminente, nos avisa y nos permite reaccionar ante él, ya sea mediante la huida o la defensa, ahora bien cuando se genera tras la emoción de vergüenza, que es no solo pudor sino inseguridad,  puede generar una parálisis de actos.

El problema con el miedo, es que se puede activar tanto ante peligros reales, como ante peligros imaginarios e inexistentes.

3ª.- La Culpa.

La culpa es cuando aflora un sentimiento culpable por haber hecho algo malo, se teme al castigo y se espera el pago de un precio por ello.
Si la unimos a la vergüenza y al miedo, debemos ver la causa de ese sentimiento, analizando la consecuencia desde su origen, viendo si hay transgresión real o imaginada.

No son emociones perjudiciales, y ni mucho menos de las que debemos ignorar. Su función real es llamar nuestra atención sobre las consecuencias de nuestras acciones, para así, minimizar e incluso eliminar, los daños y consecuencias posteriores.

La diferencia entre vergüenza y culpa, estriba en que la persona con vergüenza le teme al abandono, mientras que el culpable le teme al castigo. Ese miedo al abandono que padece la persona con vergüenza, nace de su creencia de que nadie le puede querer o valorar por estar tan lleno de defectos. Las personas que no se gustan o no se respetan, esperan frecuentemente, que los demás las abandonen en cuanto se den cuenta de que no son perfectas, creyendo que la perfección, así como la dignidad, llevadas a sus extremos, son los motores del comportamiento general.
Si no damos el sentido correcto a cada percepción de lo externo, nada se lograra a nivel interno, haciendo de la estima algo que trabajar con continuidad.

La vergüenza como pundonor y conocimiento de carencias, no debe provocar ningún tipo de miedo, solo como alerta, de ser así sería miedo imaginario, que nos llevaría no a una culpa, sino a muchas culpas. Esas culpas serían tanto de no haber hecho como de hacer, de actuar como de dejar que otros actúen, y así un largo etc.

La vergüenza el miedo y la culpa son estados emocionales, que lo mismo pueden servir para crecer, que para bloquearnos. Las tres nos dan una alerta, una salida. La de la vergüenza es la de asimilar y aceptar lo que se es, conociendo y aceptando nuestra diferencias. La del miedo como alerta a cometer un error y la de la culpa, es el asumir la responsabilidad sin mortificarse.

La vergüenza puede ser más difícil de curar que la culpa, porque tiene que ver con la persona más que con acciones específicas. La persona con sentimientos de vergüenza, se cura cambiando el concepto que tiene de sí misma, logrando así respetarse y sentir orgullo de quien es. El proceso normalmente largo y algunas veces doloroso, requiere contemplar en profundidad nuestras suposiciones básicas sobre nuestro lugar en el universo.

Se podría decir que la vergüenza y el miedo nos llevan a la culpa, considerando que algo está mal entre quien lo padece y el mundo. Si esto es así se debe pasar a la observación, hacer una revisión interna y provocar los cambios adecuados.
Vivir con demasiada intensidad estas emociones además de ser abrumador, puede llegar a alterar estados mentales, llegando a la obsesión y la paranoia y con ello repercutir en la personalidad y el carácter, activando el mal presente “la depresión”.
El conocimiento y la aceptación de si mismo, es la única forma de apreciar en todo su contexto, las diferentes emociones que las personas por su proceso natural de vida, va sintiendo y utilizando, con una gestión coherente a la propia necesidad de evolución.
No hay emoción mala sino mal gestionada. Si la gestión no es la adecuada, las consecuencias suelen ser contrarias y dañinas al conjunto del organismo, alterando no solo estados mentales, sino que la alteración pasa al cuerpo físico, en los diferentes órganos que cada emoción “mal gestionada”, altera.

Consideremos entonces a la Vergüenza, el Miedo y la Culpa, como emociones de ALERTA, no como FURIAS que nos dañan.