miércoles, 28 de agosto de 2013

FALSA MEMORIA


FALSA MEMORIA

INTRODUCCIÓN:

Hace unos días presencié el relato de un hecho que me llamó la atención. Dos personas dentro de una conversación distendida recordaron una situación. Una de ellas contaba ese hecho, dando todo tipo de detalles de él, con el consiguiente enfado de la otra persona que al parecer no solo estaba presente en este momento que se estaba relatando, sino que estaba igualmente presente cuando sucedió, y decía que no era cierto lo que contaba. Insistía que así no había sucedido realmente.
Les pedí a ambos hacer algo; primero relataría uno los hechos, mientras el otro escucharía atentamente sin interrumpir. Luego el contaría de la misma manera sin ser interrumpido. Le pedí a quien tenía que escuchar, tomara notas de lo que el creyera no había sucedido y escribiera lo que el recordaba de ese mismo hecho.
Fue tremendamente curioso observar, como ante una situación o hecho objetivo, se hacían dos relatos, sino diferentes, si con infinitos puntos diferentes.
Como consecuencia de escuchar los dos relatos, surgió el tercero y fue el mio. El mio, condicionado por dos versiones y sin estar presente. En ese momento hice lo que creía debía hacer, sin opinar sobre el hecho, les expliqué que ocurría con el cerebro cuando registraba en la memoria, acontecimientos ocurridos en diferentes etapas de la vida.

FALSA MEMORIA.........1ª PARTE

La memoria es la capacidad que tenemos los seres humanos de registrar almacenar y en un momento dado poder reproducir determinada información, bien sea como aprendizaje o como imágenes con o sin emociones personales. Tiene además dos funciones complementarias.. la selección y el olvido.

La memoria nos evoca los recuerdos que tenemos de hechos que van aconteciendo en el día a día de igual manera de forma personal o general, de nuestra vida, o de las vidas de otros. Una de las características de la memoria humana es que almacena pequeños elementos significativos de los recuerdos. Pero no todos se procesan en las mismas regiones o partes del cerebro.
 
Hay una memoria donde se procesa y mantiene el aprendizaje por el que pasamos a lo largo de la vida, con la que vamos desarrollando  y superando diferentes quehaceres en ella. Dedicada y utilizada para podernos comunicar tanto a nivel verbal como de conocimientos, son hábitos aprendidos para saber hacer y estar. Los registramos como memoria semántica a largo plazo.

La otra memoria es la episódica, que además puede ser visual y o auditiva. Esta memoria es de hechos que acontecen a nivel general, bien sean de carácter personal o acontecimientos que van sucediendo y de los que nos vamos enterando por distintos medios informativos. Todos esos hechos y o acontecimientos son almacenados de forma inmediata y temporal, y serán o no utilizados, seleccionando su uso u olvido dependiendo de necesidades personales. Pasando algunos de ellos a la memoria remota unido a otros del mismo tipo, para ser utilizados igualmente en caso necesario.

En este segundo registro de memoria es en el que voy a profundizar.

La memoria humana es capaz no solo de utilizar lo que que ha registrado y almacenado como aprendizaje sino de desarrollar ampliar e incluso transformar dicha información. A partir de ella puede crear nueva información sobre el tema al que se refiera e incluso evocar un hecho que nunca ha tenido lugar. Es la memoria de los episodios generales y cotidianos. Memoria a corto plazo.

La memoria episódica almacena "generalidades". Cuando se busca de un hecho acontecido todo lujo de detalles, se tiende a recrear ese hecho. Puesto que es difícil recordar tanto detalle, ampliamos la historia con la imaginación. Sucede entonces que tendemos mas que a reflejar el hecho en si objetivo, a dar una explicación subjetiva, haciendo de ella una historia pasada a través de nuestros pensamientos condicionados. Por tanto, se tiende a tergiversar e incluso a crear nuevos detalles totalmente ficticios.
  
Como ejemplo pensemos en un libro o película que hayamos visto; tanto al leer como al ver imágenes, siempre dependemos de la mente propia receptora, en el caso de la historia que estemos leyendo, tanto la historia como las imágenes que el autor nos recrea, las pasamos por el tamiz de nuestra imaginación, y a través de ese tamiz, creamos nuestras propias imágenes y sentido del relato. Igual sucede en el caso de las imágenes que visualizamos en una película, en este caso además nos provoca diferentes emociones, siempre dependiendo del momento en que recepcionamos esa historia, habrá escenas que al impactarnos mas, las registraremos en la memoria incluyendo la emoción que nos ha provocado.

Si queremos recomendar el libro o la película por su historia, o bien nos preguntan que expliquemos el argumento, está demostrado que es imposible hacerlo con detalles y objetividad. Si nos ha impactado alguna parte de ello, la tendencia es hacer hincapié en lo que nos ha impactado y lo desarrollaremos subjetivamente. Si además sentimos identificación con algún personaje, el tamiz que utilizamos es aún mas condicionante, se puede llegar a creer en ese pasaje como algo experimentado y propio e incluso podemos llegar a asumir su identidad.

La memoria temporal registra y almacena esa parte que nos ha impactado, de diferente manera, bien porque vemos algo que somos o que nos gustaría ser o hacer, o todo lo contrario una secuencia que nos trae recuerdos anteriores que no nos son nada gratos. Creamos entonces un falso recuerdo, condicionado emocionalmente y que registramos en la memoria  lo que hemos leído o visto como algo real.
Ese falso recuerdo podemos pasarlo de la memoria temporal, a la memoria de medio o remota y a largo plazo. Así se crea esa falsa memoria.

Es fácil crear una ilusión de un falso recuerdo cuando se experimenta algo por primera vez, o bien de un hecho ajeno que hacemos propio.

A veces nuestro cerebro puede confundir hechos de la realidad con los imaginarios. Casos en que se empatiza de tal manera con algo o alguien, que sus circunstancias las hacemos propias, hasta el punto de creer haberlo no solo escuchado, sino vivido. Tomando incluso actuaciones como si fuera propia, tanto a favor en contra, hacía quien o quienes provocaron la situación y con ella la emoción y el sentimiento.

Al evocar un hecho que nunca a tenido lugar, dependiendo del estado emocional en que nos encontremos y del uso que queramos dar a su veracidad y lo que nos reporta dicho hecho, llegaremos a creerlo de tal manera, que nuestra mente lo tomará como real.
Hay casos en que la recreación de una personalidad, a la cual admiramos e incluso querríamos ser ella, hace que el personaje admirado tome vida propia, hasta el punto de suplantar a su creador, y de perder el recuerdo real de quien se es, por el adoptado con recuerdos imaginados y registrados en esa falsa memoria.

Cierto es también que en el aprendizaje y el conocimiento de quien somos y o quienes queremos ser, buscamos por todo tipo de medios, incluso en una identidad o personaje del cual tomar datos y hacer de ello algo propio. Siempre como aprendizaje y desarrollo personal es enriquecedor; pero sin que ello nos lleve a crear esa falsa memoria y con ella llenar espacios que consideramos vacíos en nuestras vidas, con creaciones totalmente imaginarias. Modificar o rectificar el carácter o la personalidad, no significa suplantar o crear una ficción de la vida propia creando recuerdos en una falsa memoria. Mas bien es aceptar los recuerdos objetivamente y a partir de ellos, rectificar lo que nos altera y preocupa.

Hay muchas personas que declaran recuerdos de su infancia que no han pasado realmente, que si bien han podido ocurrir en su ámbito, o han escuchado como una historia, llegan a hacerlo propio y vivencial.
Como igualmente es el caso de la llamada rumorología. Hay quien cuenta una y otra vez algo que dice haber presenciado (cierto o no), y esa memoria temporal va haciendo, que quien la escucha si se identifica con ello, la asuma como algo cierto y propio. El cerebro registra y almacena dicha información, hasta el punto de hacerla propia y real... pero ¡¡¡cuidado!!!... La memoria también se puede manipular desde fuera.

De los diferentes hechos que acontecen y de los que tenemos conocimiento siempre emerge como resultado un acto interpretativo. Las personas y o grupos modifican o interpretan hechos según circunstancias, intereses, necesidades, tendencias, ideologías y conveniencias. En teoría, los hechos que registraremos en la memoria, tienen tantas interpretaciones como personas que presencien el hecho. Para ser registrados como hechos reales, debe haber evidencias.

Puesto que nuestro cerebro tiende a crear estas memorias falsas, también se ha encontrado que somos capaces de robar recuerdos ajenos.

Un ejemplo muy claro es cuando un amigo nos cuenta el altercado que tuvo  cuando se dirigía a resolver un problema con la hacienda pública la semana anterior, le escuchamos atentamente y con interés su historia, al paso de unos días, y ante alguien que comenta un hecho semejante o simplemente hace un comentario relacionado igualmente con la hacienda pública, nos encontramos contándole la misma historia que nos habían contado, como si fuera propia. Los registros de la memoria temporal tienden a confundir situaciones vividas y hechos reales, con creaciones propias o implantadas.

Una de las cosas que nuestro cerebro hace con toda normalidad, puesto que la memoria tiende a ser fragmentada y muy pocas veces es exacta cuando intentamos recordar un hecho o situación con todo detalle y como es difícil tanta precisión por no decir imposible, es llenar esos espacios  vacíos de los que carecemos de total información, con creaciones, bien sean supuestas o imaginadas.

Hay otro factor muy importante y que aviva esa falsa memoria, que es “La Sugestión”. Existen amplios estudios contrastados científicamente con diferentes individuos, de diferentes características, en diferentes situaciones y con distintos hechos, que así lo demuestran.
Se ha descubierto que es posible implantar recuerdos, especialmente de la infancia. Con la ayuda de imágenes y o con algún familiar de apoyo, que corrobore dicho recuerdo, se puede hacer que el individuo recuerde hechos o situaciones totalmente irreales. Lo que es lo mismo implantar una falsa memoria.
El mayor porcentaje de individuos declaraban como reales y suyos esos recuerdos sin duda alguna, y un mínimo porcentaje negaban esos hechos como propios.

Hay situaciones por las que se pasa a lo largo de la vida que la emoción recibida supera a la razón del hecho que nos esté aconteciendo. El cerebro utiliza sus herramientas y los recuerdos se registran y almacenan en la memoria, según el impacto recibido o la emoción sentida.

Durante el proceso de registro y almacenamiento en la memoria de recuerdos nuevos,  nuestro cerebro no lo hace al azar, sino que los asocia con recuerdos del mismo tipo, para facilitar así la investigación de alguno de ellos, en el almacén de la memoria.

Hay otra parte activa en nuestro “cerebro-mente” que no podemos dejar de lado para entender y sobre todo para no crear falsas memorias, que nos lleven al error en el conocimiento de quienes somos y es “La Conciencia”.

La conciencia ayuda a reconocer el momento presente y dejar la memoria en lo que significa de recuerdo. Dependiendo del momento tanto pasado como presente, esa memoria siempre dependerá del estado emocional en que se registró y almacenó.
Entre las múltiples causas por las que una persona puede tener recuerdos falsos en la memoria, son los estados alterados de conciencia.
Los estados alterados de conciencia, pueden ser producidos de forma accidental, como consecuencia de medicación, ingesta de drogas o a través de la hipnosis. 

Reflexión.....

La memoria es indispensable para desempeñar todas nuestras actividades cotidianas y en lineas generales podemos y debemos confiar en ella.
Nos sirve además para evocar recuerdos que nos son necesarios en nuestra vida cotidiana. Con esa memoria sabemos quienes somos y de donde venimos a nivel familiar. Como aprendizaje es imprescindible que esa memoria fluya sin duda para el conocimiento y desarrollo como individuo. Y como advertencia es igualmente importante la memoria para la no consecución de errores cometidos.

Ahora bien es conveniente mantener una actitud escéptica y saber diferenciar, la “MEMORIA” de la “FALSA MEMORIA”.

Cuando nos surjan cuestiones demasiado oscuras de entre los recuerdos o dudosas o que alguien nos sugiera algo que nos ha podido ocurrir y que no recordamos, en ese momento debemos poner en cuarentena ese recuerdo de memoria.
Como creo ya sabemos todos la memoria puede ser manipulada con o sin intención y condicionada a su vez por los diferentes estados emocionales por los que se pasa a lo largo de la Vida, y que como es sabido igualmente...“de un hecho hay tantas interpretaciones como individuos presenciales haya”. La memoria real necesita evidencias y objetividad en su interpretación para ser utilizada como aprendizaje y no recreaciones oportunistas, para beneficio personal o de otros.

La memoria es caprichosa y sin la ayuda inconmensurable de la Conciencia y la Objetividad dentro de ella, puede hacer que en nuestra vida pase a lugar preferente la “Falsa Memoria”, y con ella hacer de la irrealidad, la fantasía y la imaginación nuestra forma de vida. Esa forma de vida lleva a la decepción, la confrontación y con ello a la desestabilización.

La claridad debe ser parte de los recuerdos en la memoria.

En los estados alterados de conciencia, sea bajo la circunstancia que sea, en que ocurre esa alteración, los recuerdos deben ser analizados con objetividad y por supuesto que nada ni nadie condicione, etiquete o de por supuesto que algo que nos sucede en el presente es por causa de un hecho del pasado. Demostrado está que se pueden implantar recuerdos en la memoria, haciendo creer una falsa memoria como un hecho real.

Desarrollaré en una segunda parte Los Estados Alterados de Conciencia, para que podamos reconocer como se puede crear una Falsa Memoria.  

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