FALSA MEMORIA
INTRODUCCIÓN:
Hace unos días presencié el relato de un hecho que
me llamó la atención. Dos personas dentro de una conversación distendida
recordaron una situación. Una de ellas contaba ese hecho, dando todo tipo de
detalles de él, con el consiguiente enfado de la otra persona que al parecer no
solo estaba presente en este momento que se estaba relatando, sino que estaba
igualmente presente cuando sucedió, y decía que no era cierto lo que contaba.
Insistía que así no había sucedido realmente.
Les pedí a ambos hacer algo; primero relataría uno
los hechos, mientras el otro escucharía atentamente sin interrumpir. Luego el
contaría de la misma manera sin ser interrumpido. Le pedí a quien tenía que
escuchar, tomara notas de lo que el creyera no había sucedido y escribiera lo
que el recordaba de ese mismo hecho.
Fue tremendamente curioso observar, como ante una
situación o hecho objetivo, se hacían dos relatos, sino diferentes, si con
infinitos puntos diferentes.
Como consecuencia de escuchar los dos relatos,
surgió el tercero y fue el mio. El mio, condicionado por dos versiones y sin
estar presente. En ese momento hice lo que creía debía hacer, sin opinar sobre
el hecho, les expliqué que ocurría con el cerebro cuando registraba en la
memoria, acontecimientos ocurridos en diferentes etapas de la vida.
FALSA
MEMORIA.........1ª PARTE
La memoria es la capacidad que tenemos los seres
humanos de registrar almacenar y en un momento dado poder reproducir
determinada información, bien sea como aprendizaje o como imágenes con o sin
emociones personales. Tiene además dos funciones complementarias.. la selección
y el olvido.
La memoria nos evoca los recuerdos que tenemos de
hechos que van aconteciendo en el día a día de igual manera de forma personal o
general, de nuestra vida, o de las vidas de otros. Una
de las características de la memoria humana es que almacena pequeños elementos
significativos de los recuerdos. Pero no todos se procesan en las mismas
regiones o partes del cerebro.
Hay una memoria donde se procesa y mantiene el
aprendizaje por el que pasamos a lo largo de la vida, con la que vamos
desarrollando y superando diferentes
quehaceres en ella. Dedicada y utilizada para podernos comunicar tanto a nivel
verbal como de conocimientos, son hábitos aprendidos para saber hacer y estar.
Los registramos como memoria semántica a largo plazo.
La otra memoria es la episódica, que además puede
ser visual y o auditiva. Esta memoria es de hechos que acontecen a nivel
general, bien sean de carácter personal o acontecimientos que van sucediendo y
de los que nos vamos enterando por distintos medios informativos. Todos esos
hechos y o acontecimientos son almacenados de forma inmediata y temporal, y
serán o no utilizados, seleccionando su uso u olvido dependiendo de necesidades
personales. Pasando algunos de ellos a la memoria remota unido a otros del
mismo tipo, para ser utilizados igualmente en caso necesario.
En este segundo registro de memoria es en el que
voy a profundizar.
La memoria humana es capaz no solo de utilizar lo
que que ha registrado y almacenado como aprendizaje sino de desarrollar ampliar
e incluso transformar dicha información. A partir de ella puede crear nueva
información sobre el tema al que se refiera e incluso evocar un hecho que nunca ha tenido lugar. Es la memoria de los episodios generales y cotidianos. Memoria
a corto plazo.
La memoria episódica almacena "generalidades". Cuando se busca de un hecho acontecido todo lujo de detalles, se tiende a recrear ese hecho. Puesto que es difícil recordar tanto detalle, ampliamos la historia con la imaginación. Sucede entonces que tendemos mas que a reflejar el hecho en si objetivo, a dar una explicación subjetiva, haciendo de ella una historia pasada a través de nuestros pensamientos condicionados. Por tanto, se tiende a tergiversar e incluso a crear nuevos detalles totalmente ficticios.
Como ejemplo pensemos en un libro o película que
hayamos visto; tanto al leer como al ver imágenes, siempre dependemos de la
mente propia receptora, en el caso de la historia que estemos leyendo, tanto la
historia como las imágenes que el autor nos recrea, las pasamos por el tamiz de
nuestra imaginación, y a través de ese tamiz, creamos nuestras propias imágenes
y sentido del relato. Igual sucede en el caso de las imágenes que visualizamos
en una película, en este caso además nos provoca diferentes emociones, siempre
dependiendo del momento en que recepcionamos esa historia, habrá escenas que al
impactarnos mas, las registraremos en la memoria incluyendo la emoción que nos
ha provocado.
Si queremos recomendar el libro o la película por
su historia, o bien nos preguntan que expliquemos el argumento, está demostrado
que es imposible hacerlo con detalles y objetividad. Si nos ha impactado alguna
parte de ello, la tendencia es hacer hincapié en lo que nos ha impactado y lo
desarrollaremos subjetivamente. Si además sentimos identificación con algún
personaje, el tamiz que utilizamos es aún mas condicionante, se puede llegar a
creer en ese pasaje como algo experimentado y propio e incluso podemos llegar a
asumir su identidad.
La memoria temporal registra y almacena esa parte
que nos ha impactado, de diferente manera, bien porque vemos algo que somos o
que nos gustaría ser o hacer, o todo lo contrario una secuencia que nos trae
recuerdos anteriores que no nos son nada gratos. Creamos entonces un falso
recuerdo, condicionado emocionalmente y que registramos en la memoria lo que hemos leído o visto como algo real.
Ese falso recuerdo podemos pasarlo de la memoria
temporal, a la memoria de medio o remota y a largo plazo. Así se crea esa falsa
memoria.
Es fácil crear una ilusión de un falso recuerdo
cuando se experimenta algo por primera vez, o bien de un hecho ajeno que
hacemos propio.
A veces nuestro cerebro puede confundir hechos de
la realidad con los imaginarios. Casos en que se empatiza de tal manera con
algo o alguien, que sus circunstancias las hacemos propias, hasta el punto de
creer haberlo no solo escuchado, sino vivido. Tomando incluso actuaciones como
si fuera propia, tanto a favor en contra, hacía quien o quienes provocaron la
situación y con ella la emoción y el sentimiento.
Al evocar un hecho que nunca a tenido lugar,
dependiendo del estado emocional en que nos encontremos y del uso que queramos
dar a su veracidad y lo que nos reporta dicho hecho, llegaremos a creerlo de
tal manera, que nuestra mente lo tomará como real.
Hay casos en que la recreación de una
personalidad, a la cual admiramos e incluso querríamos ser ella, hace que el
personaje admirado tome vida propia, hasta el punto de suplantar a su creador,
y de perder el recuerdo real de quien se es, por el adoptado con recuerdos
imaginados y registrados en esa falsa memoria.
Cierto es también que en el aprendizaje y el conocimiento de quien somos y o quienes queremos ser, buscamos por todo tipo de medios, incluso en una identidad o personaje del cual tomar datos y hacer de ello algo propio. Siempre como aprendizaje y desarrollo personal es enriquecedor; pero sin que ello nos lleve a crear esa falsa memoria y con ella llenar espacios que consideramos vacíos en nuestras vidas, con creaciones totalmente imaginarias. Modificar o rectificar el carácter o la personalidad, no significa suplantar o crear una ficción de la vida propia creando recuerdos en una falsa memoria. Mas bien es aceptar los recuerdos objetivamente y a partir de ellos, rectificar lo que nos altera y preocupa.
Hay muchas personas que declaran recuerdos de su
infancia que no han pasado realmente, que si bien han podido ocurrir en su
ámbito, o han escuchado como una historia, llegan a hacerlo propio y vivencial.
Como igualmente es el caso de la llamada
rumorología. Hay quien cuenta una y otra vez algo que dice haber presenciado
(cierto o no), y esa memoria temporal va haciendo, que quien la escucha si se
identifica con ello, la asuma como algo cierto y propio. El cerebro registra y
almacena dicha información, hasta el punto de hacerla propia y real... pero
¡¡¡cuidado!!!... La memoria también se puede manipular desde fuera.
De los diferentes hechos que acontecen y de los
que tenemos conocimiento siempre emerge como resultado un acto interpretativo.
Las personas y o grupos modifican o interpretan hechos según circunstancias,
intereses, necesidades, tendencias, ideologías y conveniencias. En teoría, los
hechos que registraremos en la memoria, tienen tantas interpretaciones como
personas que presencien el hecho. Para ser registrados como hechos reales, debe
haber evidencias.
Puesto que nuestro cerebro tiende a crear estas
memorias falsas, también se ha encontrado que somos capaces de robar recuerdos
ajenos.
Un ejemplo muy claro es cuando un amigo nos cuenta
el altercado que tuvo cuando se dirigía
a resolver un problema con la hacienda pública la semana anterior, le
escuchamos atentamente y con interés su historia, al paso de unos días, y ante
alguien que comenta un hecho semejante o simplemente hace un comentario
relacionado igualmente con la hacienda pública, nos encontramos contándole la
misma historia que nos habían contado, como si fuera propia. Los registros de
la memoria temporal tienden a confundir situaciones vividas y hechos reales,
con creaciones propias o implantadas.
Una de las cosas que nuestro cerebro hace con toda
normalidad, puesto que la memoria tiende a ser fragmentada y muy pocas veces es
exacta cuando intentamos recordar un hecho o situación con todo detalle y como
es difícil tanta precisión por no decir imposible, es llenar esos espacios vacíos de los que carecemos de total
información, con creaciones, bien sean supuestas o imaginadas.
Hay otro factor muy importante y que aviva esa
falsa memoria, que es “La Sugestión”. Existen amplios estudios contrastados
científicamente con diferentes individuos, de diferentes características, en
diferentes situaciones y con distintos hechos, que así lo demuestran.
Se ha descubierto que es posible implantar
recuerdos, especialmente de la infancia. Con la ayuda de imágenes y o con algún
familiar de apoyo, que corrobore dicho recuerdo, se puede hacer que el
individuo recuerde hechos o situaciones totalmente irreales. Lo que es lo mismo
implantar una falsa memoria.
El mayor porcentaje de individuos declaraban como
reales y suyos esos recuerdos sin duda alguna, y un mínimo porcentaje negaban
esos hechos como propios.
Hay situaciones por las que se pasa a lo largo de
la vida que la emoción recibida supera a la razón del hecho que nos esté
aconteciendo. El cerebro utiliza sus herramientas y los recuerdos se registran
y almacenan en la memoria, según el impacto recibido o la emoción sentida.
Durante el proceso de registro y almacenamiento en
la memoria de recuerdos nuevos, nuestro
cerebro no lo hace al azar, sino que los asocia con recuerdos del mismo tipo,
para facilitar así la investigación de alguno de ellos, en el almacén de la
memoria.
Hay otra parte activa en nuestro “cerebro-mente”
que no podemos dejar de lado para entender y sobre todo para no crear falsas
memorias, que nos lleven al error en el conocimiento de quienes somos y es “La
Conciencia”.
La conciencia ayuda a reconocer el momento presente y dejar la memoria en lo que significa de recuerdo. Dependiendo del momento tanto pasado como presente, esa memoria siempre dependerá del estado emocional en que se registró y almacenó.
Entre las múltiples causas por las que una persona puede tener recuerdos falsos en la memoria, son los estados alterados de conciencia.
Los estados alterados de conciencia, pueden ser producidos de forma accidental, como consecuencia de medicación, ingesta de drogas o a través de la hipnosis.
Reflexión.....
La memoria es indispensable para desempeñar todas nuestras actividades cotidianas y en lineas generales podemos y debemos confiar en ella.
Nos sirve además para evocar recuerdos
que nos son necesarios en nuestra vida cotidiana. Con esa memoria sabemos
quienes somos y de donde venimos a nivel familiar. Como aprendizaje es
imprescindible que esa memoria fluya sin duda para el conocimiento y desarrollo
como individuo. Y como advertencia es igualmente importante la memoria para la
no consecución de errores cometidos.
Ahora bien es conveniente mantener una
actitud escéptica y saber diferenciar, la “MEMORIA” de la “FALSA MEMORIA”.
Cuando nos surjan cuestiones demasiado
oscuras de entre los recuerdos o dudosas o que alguien nos sugiera algo que nos
ha podido ocurrir y que no recordamos, en ese momento debemos poner en
cuarentena ese recuerdo de memoria.
Como creo ya sabemos todos la memoria
puede ser manipulada con o sin intención y condicionada a su vez por los
diferentes estados emocionales por los que se pasa a lo largo de la Vida, y que
como es sabido igualmente...“de un hecho hay tantas interpretaciones como
individuos presenciales haya”. La memoria real necesita evidencias y
objetividad en su interpretación para ser utilizada como aprendizaje y no
recreaciones oportunistas, para beneficio personal o de otros.
La memoria es caprichosa y sin la
ayuda inconmensurable de la Conciencia y la Objetividad dentro de ella, puede
hacer que en nuestra vida pase a lugar preferente la “Falsa Memoria”, y con
ella hacer de la irrealidad, la fantasía y la imaginación nuestra forma de
vida. Esa forma de vida lleva a la decepción, la confrontación y con ello a la
desestabilización.
La claridad debe ser parte de los
recuerdos en la memoria.
En los estados alterados de
conciencia, sea bajo la circunstancia que sea, en que ocurre esa alteración,
los recuerdos deben ser analizados con objetividad y por supuesto que nada ni
nadie condicione, etiquete o de por supuesto que algo que nos sucede en el
presente es por causa de un hecho del pasado. Demostrado está que se pueden
implantar recuerdos en la memoria, haciendo creer una falsa memoria como un
hecho real.
Desarrollaré en una segunda parte Los
Estados Alterados de Conciencia, para que podamos reconocer como se puede crear
una Falsa Memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario