LOS APEGOS
El
apego es como una cárcel para quien tiene arraigado en su mente la necesidad de
dependencia. Si nos preguntamos sinceramente ¿a que tengo apego?, descubriremos
que todos de una manera u otra tenemos algún apego.
Describir
que es exactamente un apego no es sencillo, es muy extenso y diferenciado.
Existen apegos físicos como…al dinero, a un coche, a una casa, a un lugar, a un
objeto, a persona o personas, a tener éxito, a ser admirado, e incluso a un
estatus social. Luego están los apegos emocionales como…. El rencor, la ira, la
soberbia, la envidia, el dolor, las drogas en su mas variopinta extensión, la
depresión, el sufrimiento, la culpa, el miedo, y así un largo etc de emociones.
El
apego es realmente un estado emocional, vinculado compulsivamente a cosas o
personas por haber sido transmitido a través de comportamientos familiares,
educacionales y sociales. Se nos va transmitiendo que si no consigues tal o
cual cosa no puedes ser feliz.
La
mente está siendo programada para decirte que no puedes ser feliz si no
consigues tal o cual cosa, si no tienes a tal o a cual persona, si no consigues
trabajo seguro, si además no das seguridad a tu futuro, si estás solo…. ¡falso!
todo eso es falso, es crear apegos como grilletes.
Todas
las cosas por las que se siente apego y por las que tu mente dice que no puedes
ser feliz, van provocando estados de ansiedad y angustia; estados que la mente
traduce en pensamientos que obstaculizan el autentico desarrollo personal y la
evolución espiritual.
De
ahí que el apego es un estado emocional con dos polos el positivo y el
negativo. El positivo es el placer que se siente cuando logras aquello por lo
que sientes apego, generando un estado puntual de felicidad. El negativo es la
amenaza y tensión que acompaña al proceso de conseguir aquello por lo que se
siente apego, con el desenlace en muchas ocasiones de frustración e
inestabilidad en la paz y armonía interior.
Si
no se consigue el objeto por el que se siente apego, produce infelicidad y si
lo consigues te produce un instante de felicidad y a su vez la inquietud y
temor a perderlo.
Hay
igualmente un apego muy poderoso que es el apego a nuestro “yo”, concretamente
a nuestro cuerpo físico. Sí, debemos de cuidar y querer nuestro cuerpo, lo
necesitamos, pero no creamos que todo lo que somos es gracias a ese cuerpo, no
debemos de olvidar que es algo mas que un cuerpo físico.
En
la cultura de occidente, cuesta mucho asimilar que el cuerpo está provisto de
un Alma, no así ocurre en otras culturas como por ejemplo en la oriental. En la
cultura oriental el apego al cuerpo no existe, puesto que la muerte es algo que
tienen aceptado desde el nacimiento, para ellos la etapa terrenal es un
aprendizaje dentro de la evolución del ser, lo entienden como algo natural.
Los
occidentales muy al contrario, el miedo a la muerte es el apego mayor que
podemos tener, y el causante de tantas “depresiones”, sufrimiento e incomprensión
de lo que es la VIDA.
Para
entender la muerte hay que entender la vida. Estamos aquí sí, pero sabiendo que
somos seres perecederos, al igual que cualquier otra cosa o ser en este plano,
regido todo por ciclos o etapas.
Pensemos
por un instante en la perdida de un ser querido, el sufrimiento que eso nos
causa no es por su perdida en si, sino por el apego y el deseo de tenerle a
nuestro lado. El sentimiento de desamparo que nos envuelve unido al de soledad,
es tan fuerte que nos provoca el sentimiento de pena. La pena no deja de ser egoísmo
y apego hacia quien se nos ha ido, realmente no se llora por quien muere, sino
por nosotros que nos quedamos sin la compañía de ellos.
Amar
con pensamientos de libertad, estamos y están los tiempos que corresponda a
cada cosa o persona en nuestra vida. El apego es un deseo de dependencia y
posesión a la vez, cadenas que nos entorpecen y condicionan.
Como
vemos realmente los apegos no producen felicidad real, la felicidad es
contraria a los apegos. Debemos liberar nuestra mente de pensamientos de apego
y comprender donde está la autentica felicidad.
El
amor y la felicidad solo pueden existir en libertad, los apegos son grilletes
que no permiten esa libertad, que condicionan y marcan un camino definido en un
tiempo limitado y en condiciones especificas.
Lo
que debemos es tomar conciencia
comprender y aprender; si los apegos han provocado estados de sufrimiento e
inestabilidad emocional ¡aprendamos de ello!, y si por el contrario ha
producido un placer será útil recordarlo.
En
la medida que se siente apego o nos creemos condicionados por algo o alguien, y
que es casi imposible liberarse de ello, es el momento de que la mente provoque
el pensamiento de libertad.
Solo
con un pensamiento en libertad se podrá cambiar, para evitar el sufrimiento que
ese estado emocional va a provocar, y con esa proyección de libertad a través
del pensamiento liberarnos de los apegos que solo empobrecen la evolución y el
conocimiento de la persona que realmente somos.
Siempre
que en nuestra vida tengamos miedo a perder algo, es síntoma de que hay un
apego que debemos observar.
Ahora
bien no basta con desear no tener apegos, debemos trabajar en ello, darnos
cuenta de cuando hay un apego y sopesar donde nos lleva y que tipo de emociones
nos afloran. El trabajo que conlleva es de cada cual y sobre todo que estará
con nosotros toda la vida, no podemos rendirnos ser conscientes y fuertes,
pensando que eliminar los apegos es vivir sin miedos, es vivir en paz…. ¿Y que
hay mejor que la paz y la armonía en la vida?.
La Paz y la Armonía no la dan precisamente el estar excentos de "apegos", sino que el Tener el Espíritu en Paz, lo que dá Sosiego, Quietud a la Mente y por ende Salud al cuerpo.
ResponderEliminarY el Espíritu para que conozca la Paz, debe llenarse de Amor y para llenarse de Amor, hay que Buscar a Dios.
Un saludo afectuoso para Usted Concepción, le tengo en mi recuerdo. Atentamente... "Houng".
__No se puede Exprimir la Vida, Ni Tampoco Podemos Conquistarla, Pero Sí Podemos Rendirnos Valientemente ante Ella.___-
Interesante su comentario Anónimo (Houng).. Muy agradecida y a la vez sorprendida de encontrarle de nuevo. Un afectuoso saludo
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