El ruido de la
mente…….
Mente-cerebro-sistema nervioso central. Son tres partes
del ser humano inseparables; la mente como generador de pensamientos y receptor
de emociones, Energía; el cerebro como transmisor de los pensamientos y
emociones, parte física del cuerpo humano; el sistema nervioso central,
activador de las diferentes acciones que requieren para su funcionamiento el
resto de órganos y partes del cuerpo, como son: El aprendizaje, las diferentes
funciones orgánicas para la supervivencia; andar, descansar, alimentarse,
funciones metabólicas y funcionales, etc. etc.,
Con este breve enunciado de las funciones que nuestro
cuerpo requiere, hago un intento de que pensemos por un instante ¿Cuándo siento
ruido en mi mente (cabeza), como la silencio?.
La mente es pura energía, por tanto como tal nunca está
quieta. Pero hay una gran diferencia entre “escuchar” a sentir “ruido” en ella.
Cuando sentimos “ruido” en nuestra mente, la sensación es
de alteración general, de molestia en incluso de ansiedad. Se fijan en nuestra
mente pensamientos y situaciones que muy lejos de aclarar y resolver, nos
confunden aún mas, pensamientos entremezclados y carentes de visión lógica.
Cuando eso ocurre debemos aprender a “escuchar” nuestra
mente; para ello dejaremos que los pensamientos que están cabalgando dentro de
ella, activando todos los sistemas de manera descontrolada, comiencen a pasar
ordenadamente.
Para todo hay un orden, igual que nos regimos por unos
horarios en el cumplimiento de unas necesidades a nivel fisiológico,
intelectual, ocio-descanso, la mente requiere de igual orden.
Imaginemos por un instante que nuestra mente-cerebro
tuviera un regulador de intensidad, utilizaremos ese poder energético de la
mente junto con el cerebro y el sistema nervioso para, fijar una acción concreta
definida y premeditada; un
“pensamiento-acción”, con firmeza y responsable de tus actos, adaptemos ese regulador,
que bien está en exceso aportando energía como consumiéndola, a la necesidad
que de ello tenemos en ese momento.
Escuchemos nuestra mente; a su vez y en esa escucha, dejemos
pasar sin analizar esa multitud de pensamientos descontrolados, solo
centrémonos en ese pensamiento-acción premeditado.
Ejemplo I:
Fija tu mente en la respiración abdominal…. Obsérvala.
Acompasa la respiración sintiendo como fluye a través de tu torso….Vé como ese
fluido vital, va oxigenando todo tu organismo; a su vez cada toma de aire que
introduces por la nariz y suavemente sueltas por la nariz, vas contando de
mayor a menor, fíjate un número y síguelo.
Ejemplo II:
Observa tu cuerpo desde tu mente, visualiza desde los pies hasta la pelvis el color
rojo (o simplemente puedes decir –rojo-). A continuación tu vientre naranja, el estomago amarillo,
el torso verde, el cuello y cara azul y saliendo de la cabeza visualizas o
dices, el violeta e índigo . Este
ejercicio debe tener un ritmo acompasado y continuo, fijando a su vez un número
de veces a ejecutar… diez es el idóneo.
Terminas en la cabeza y empiezas de nuevo por los pies.
Ambos ejercicios se pueden hacer en cualquier momento y
situación, estemos incluso paseando o en una reunión. Siempre que sintamos que
nuestra mente está en exceso desconcertada, dando lugar a inquietud o malestar,
es aconsejable, por no decir necesario, esta práctica.
Extraído del libro CLâVIS Áurea Animae
“Silencia
tu mente”
Sintiendo tu cuerpo, respétalo es
el sagrario de tu alma,
Respira acompasada y suavemente
con el abdomen,
Cierra ligeramente los ojos y vive
ese momento, ese momento es tuyo,
es necesario, es de
claridad, tu Mente fija en ese acto,
es la rienda de esos caballos,
De ese galope sin control, de ese
momento de desorden.
Deja que cada pensamiento pase
delante de ti, sin pararte en el, solo como mero observador,
siente, imagínate en un lugar
plácido y hermoso desde el cual como un espectador
vas viendo como pasan esos
caballos… (pensamientos),
sin que turben tu momento.
Poco a poco vas sintiendo ese
silencio en tu mente, esa quietud, ese fluir de tu energía,
solo siente, percibe tu
interior, es realmente lo mas preciado que tienes.
Con ello tu Mente se silencia. Tu
mente se oxigena, se libera, no dejando que nada, ni nadie ocupe un espacio
que no le pertenece.
El silencio de tu mente es la
percepción de tu Ser.
El fluir de tus capacidades, el
sentir de la conciencia.
El saber de tu Ser y el Estar del
conocimiento.
El Amor y Respeto hacia ti es el
Amor y respeto