martes, 28 de mayo de 2013

LA ILUSIÓN



LA ILUSIÓN

El concepto de ilusión es la creación por la imaginación de algo  que sin ser una realidad tangible nos provoca una emoción, un anhelo o esperanza de logro.
Junto con ese anhelo, surge el deseo que con la voluntad hace que proyectemos con mayor fuerza esa quimera que realmente es en su esencia la ilusión.
Su acepción como emoción positiva es muy reciente en nuestra historia, se produce a mediados del siglo XIX, en el romanticismo; donde se rompen las reglas estereotipadas y comienza a generarse la libertad autentica y el individualismo, dando así prioridad a nuevas formas de creatividad y sobre todo a  los sentimientos.
Antes de esa época el término ilusión que viene del latín <illusio> “engaño”… burlarse de.. en sus diferentes acepciones, era por tanto, una quimera, una percepción burlesca y alterada de la realidad: un espejismo.

La acepción como emoción positiva del término ilusión es realmente  un proyecto. Debemos saber que como tal, tiene su lado negativo que es la “desilusión”. Como proyecto esa ilusión creada en la mente única e individual de cada persona es como un deseo con argumento. Recordemos que el deseo es efímero, ante el no nos hacemos la pregunta de si realmente deseamos lo que tanto esfuerzo nos está requiriendo o no. Pero si a un deseo le añadimos ilusión, comenzamos a proyectar algo de futuro, desconocido en el presente y con el misterio de conseguirlo en su totalidad, en parte, o por el contrario saber aceptar la desilusión si como ilusión era una quimera.

La ilusión como proyecto personal, afecta a nuestro futuro, a quienes vamos a llegar a ser. Vivir con ilusión es ir creando ese futuro deseado y conociendo que tanto de lo que nos ilusiona podemos conseguir, poniendo en juego la imaginación, para reproducir y crear situaciones que nos ilusionen e inciten a llegar a una realidad ya sea soñada o imaginada, realidad que aún no está pero estará.

La ilusión tiene como aliada la voluntad; dependiendo de la voluntad que pongamos en la realización de cualquier proyecto, bien sea profesional, o afectivo y el deseo de conseguirlo, el esfuerzo será mas tenue en su recepción por el impulso creativo que conlleva la ilusión.

Cualquier proyecto sin voluntad, esfuerzo, sacrificio y entrega, se queda en eso, en proyecto, de ahí la desilusión que sigue a esa quimera que en su origen es toda ilusión.

Las ilusiones solo adquieren sentido dentro de cada persona, son intransferibles y tan personales que dependiendo de las experiencias vividas de cada quien, y el carácter único e individual dentro de su existencia, se van dibujando y eligiendo diferentes posibilidades y a su vez rechazando otras, haciendo que la ilusión forme parte de su biográfica. Es una forma de vida que adquiere sentido solo en aquel que la posee, tiene una trayectoria y un desenlace. No siempre el desenlace es el esperado o deseado, puede que no tenga continuidad, de ahí que en el mismo momento que la ilusión surge en nuestra mente, la desilusión aparece en ese mismo momento.

Vivir con ilusión es rodearse de momentos de esperanza, expectación e incluso con ideales. Es una actitud tan positiva que quien no posee la capacidad de ilusionarse, es incapaz de conseguir grandes metas. Vivir ilusionados propicia unas circunstancias especiales, que si aparece la desilusión, no afecta, puesto que la proyección con la que nos movemos en la vida, hará que continuemos en la misma trayectoria.
  
La ilusión es un resorte mental que nos mantiene activos y con unas sensaciones que van haciendo felicidad solo con el mero pensamiento de ilusión. Es mas importante la actitud de vida que la ilusión provoca, que el logro en si de lo que nos ilusiona,




jueves, 23 de mayo de 2013

LOS APEGOS



LOS APEGOS

El apego es como una cárcel para quien tiene arraigado en su mente la necesidad de dependencia. Si nos preguntamos sinceramente ¿a que tengo apego?, descubriremos que todos de una manera u otra tenemos algún apego.

Describir que es exactamente un apego no es sencillo, es muy extenso y diferenciado. Existen apegos físicos como…al dinero, a un coche, a una casa, a un lugar, a un objeto, a persona o personas, a tener éxito, a ser admirado, e incluso a un estatus social. Luego están los apegos emocionales como…. El rencor, la ira, la soberbia, la envidia, el dolor, las drogas en su mas variopinta extensión, la depresión, el sufrimiento, la culpa, el miedo, y así un largo etc de emociones.

El apego es realmente un estado emocional, vinculado compulsivamente a cosas o personas por haber sido transmitido a través de comportamientos familiares, educacionales y sociales. Se nos va transmitiendo que si no consigues tal o cual cosa no puedes ser feliz.
La mente está siendo programada para decirte que no puedes ser feliz si no consigues tal o cual cosa, si no tienes a tal o a cual persona, si no consigues trabajo seguro, si además no das seguridad a tu futuro, si estás solo…. ¡falso! todo eso es falso, es crear apegos como grilletes.
Todas las cosas por las que se siente apego y por las que tu mente dice que no puedes ser feliz, van provocando estados de ansiedad y angustia; estados que la mente traduce en pensamientos que obstaculizan el autentico desarrollo personal y la evolución espiritual.
De ahí que el apego es un estado emocional con dos polos el positivo y el negativo. El positivo es el placer que se siente cuando logras aquello por lo que sientes apego, generando un estado puntual de felicidad. El negativo es la amenaza y tensión que acompaña al proceso de conseguir aquello por lo que se siente apego, con el desenlace en muchas ocasiones de frustración e inestabilidad en la paz y armonía interior.
Si no se consigue el objeto por el que se siente apego, produce infelicidad y si lo consigues te produce un instante de felicidad y a su vez la inquietud y temor a perderlo.

Hay igualmente un apego muy poderoso que es el apego a nuestro “yo”, concretamente a nuestro cuerpo físico. Sí, debemos de cuidar y querer nuestro cuerpo, lo necesitamos, pero no creamos que todo lo que somos es gracias a ese cuerpo, no debemos de olvidar que es algo mas que un cuerpo físico.
En la cultura de occidente, cuesta mucho asimilar que el cuerpo está provisto de un Alma, no así ocurre en otras culturas como por ejemplo en la oriental. En la cultura oriental el apego al cuerpo no existe, puesto que la muerte es algo que tienen aceptado desde el nacimiento, para ellos la etapa terrenal es un aprendizaje dentro de la evolución del ser, lo entienden como algo natural.
Los occidentales muy al contrario, el miedo a la muerte es el apego mayor que podemos tener, y el causante de tantas “depresiones”, sufrimiento e incomprensión de lo que es la VIDA.
Para entender la muerte hay que entender la vida. Estamos aquí sí, pero sabiendo que somos seres perecederos, al igual que cualquier otra cosa o ser en este plano, regido todo por ciclos o etapas.
Pensemos por un instante en la perdida de un ser querido, el sufrimiento que eso nos causa no es por su perdida en si, sino por el apego y el deseo de tenerle a nuestro lado. El sentimiento de desamparo que nos envuelve unido al de soledad, es tan fuerte que nos provoca el sentimiento de pena. La pena no deja de ser egoísmo y apego hacia quien se nos ha ido, realmente no se llora por quien muere, sino por nosotros que nos quedamos sin la compañía de ellos.

Amar con pensamientos de libertad, estamos y están los tiempos que corresponda a cada cosa o persona en nuestra vida. El apego es un deseo de dependencia y posesión a la vez, cadenas que nos entorpecen y condicionan.

Como vemos realmente los apegos no producen felicidad real, la felicidad es contraria a los apegos. Debemos liberar nuestra mente de pensamientos de apego y comprender donde está la autentica felicidad.
El amor y la felicidad solo pueden existir en libertad, los apegos son grilletes que no permiten esa libertad, que condicionan y marcan un camino definido en un tiempo limitado y en condiciones especificas.

Lo que  debemos es tomar conciencia comprender y aprender; si los apegos han provocado estados de sufrimiento e inestabilidad emocional ¡aprendamos de ello!, y si por el contrario ha producido un placer será útil recordarlo.

En la medida que se siente apego o nos creemos condicionados por algo o alguien, y que es casi imposible liberarse de ello, es el momento de que la mente provoque el pensamiento de libertad.
Solo con un pensamiento en libertad se podrá cambiar, para evitar el sufrimiento que ese estado emocional va a provocar, y con esa proyección de libertad a través del pensamiento liberarnos de los apegos que solo empobrecen la evolución y el conocimiento de la persona que realmente somos.

Siempre que en nuestra vida tengamos miedo a perder algo, es síntoma de que hay un apego que debemos observar.
Ahora bien no basta con desear no tener apegos, debemos trabajar en ello, darnos cuenta de cuando hay un apego y sopesar donde nos lleva y que tipo de emociones nos afloran. El trabajo que conlleva es de cada cual y sobre todo que estará con nosotros toda la vida, no podemos rendirnos ser conscientes y fuertes, pensando que eliminar los apegos es vivir sin miedos, es vivir en paz…. ¿Y que hay mejor que la paz y la armonía en la vida?.